Gamergate

Gamergate fue un movimiento en línea principalmente compuesto por jugadores, dedicado en principio a preservar la ética en el periodismo de videojuegos. Surgió en 2014 como respuesta a la polémica en torno a la relación entre los desarrolladores de videojuegos y los críticos de la industria. Sin embargo, a lo largo del tiempo, el movimiento se vio envuelto en controversias debido a las acciones de algunos de sus miembros. El término Gamergate se originó a partir del escándalo protagonizado por el desarrollador de videojuegos Zoe Quinn y su exnovio, quien publicó un extenso texto en el que la acusaba de haber mantenido relaciones con un periodista para obtener críticas favorables de su juego. Este incidente se convirtió en el punto de inflexión que desató una serie de acusaciones de corrupción en la prensa de videojuegos y que llevó a la creación del movimiento. Aunque en un principio Gamergate se presentaba como una lucha por la transparencia y la ética en el periodismo de videojuegos, pronto se vio envuelto en polémicas y acusaciones de misoginia y acoso hacia mujeres dentro de la comunidad de juegos. Muchas mujeres desarrolladoras, críticas y jugadoras fueron objeto de amenazas y ataques en línea por parte de algunos seguidores de Gamergate, lo que llevó a una fuerte oposición y críticas hacia el movimiento. Actualmente, el término Gamergate sigue siendo objeto de debate en la comunidad de videojuegos, con opiniones encontradas sobre su legado y significado. Aunque algunos sostienen que se trató de un movimiento legítimo en defensa de los valores éticos en la industria, otros lo ven como un reflejo de los problemas de misoginia y acoso que persisten en la cultura de los videojuegos. En cualquier caso, Gamergate ha dejado una huella en la historia de la industria del videojuego y ha generado importantes reflexiones sobre la ética y la diversidad en este ámbito.